“Esperar el cambio en el otro...”
(...mientras uno sigue haciendo lo mismo.)
¿Cuántas veces pretendemos que sea el otro
el que cambie, que nos entienda, que se haga cargo, que tenga en cuenta etcétera?
¿No es así?
En general, en todas las relaciones, del
orden que sean, desde las más íntimas hasta las que nos vinculan con la
sociedad (trabajo, estudio, interacción con el mundo) estamos en constante
intercambio de opiniones, acciones y sentimientos, y cuando algo o alguien
entra en discordia nos enfrentamos a un conflicto.
Evidentemente cada uno tendrá su opinión y
su forma de ver las cosas. Sin embargo, en muchas ocasiones, creemos que es el
otro el que tiene que cambiar de opinión, de forma de sentir, o de tratarnos,
porque si cambia el otro, entonces todo seguirá como tiene que ser.
Es un reclamo bastante frecuente aunque
creamos que no. “Tú tienes que cambiar,
tú no ves como son las cosas, tú tienes que hacerlo de esta forma”… y una
larga cola de etcéteras que seguramente a tod@s nos resuenan.
Hay veces en que uno tira más del otro y a
veces llegamos a un límite en el que pretendemos que todo de un giro. Pero, si
durante tanto tiempo hemos mantenido la misma pauta, ¿podemos exigirle al otro
que cambie? O si esa pauta ya no nos satisface, ¿tenemos que ser nosotros los
que cambiemos?
¿Hay que esperar el cambio? O si
intentamos “darle la vuelta a la
tortilla” el otr@ también por una especie de acción transitiva se verá
involucrado y tendrá una reacción a su vez, ¿o no? ¿Cambio yo y cambia todo?
¿Puedes ponerte en el lugar del otro si hay cosas que ves que no funcionan?
Como siempre, decinos qué pensas, nos importa.
Luna & Alma