“La censura es siempre un instrumento
político,
no es cierto un instrumento intelectual.
Instrumento intelectual es la crítica,
que presupone el conocimiento
de aquello que se juzga y combate.
(...)
Censurar es destruir.”
(Federico Fellini)

La cuestión es tan simple que me resulta paradójica
la dificultad de llevarlo a la práctica. Entonces, ya que iniciamos citando a
un gran director de cine, continuamos y hacemos referencia a una película
extraordinaria... “Explícame como si yo fuera un niño de siete años...” y esto,
amigos míos, se puede hacer en pocas palabras: ambición... poder... supremacía.
Son éstas las cosas que atentan a la
libertad, y a nuestro derecho de ejercerla. Cuando una persona por algún motivo –a
mí desconocido–, termina convenciéndose que aquello en lo que cree, que sus
ideas, sus gustos personales, etcétera, son mejores que los del otro, es cuando
inician los problemas. Se rompen relaciones de amistad y de pareja; se crean
conflictos en los ambientes educativos, laborales, de entretenimiento y,
obviamente, en el familiar. Y, cuando esta persona convencida de que lo que
piensa es mejor, o en lo que cree lo es, en definitiva, que él es mejor que el
resto que lo rodea, está en una posición de poder, bueno, aquí comienza directamente
a ser peligroso. Porque lo más probable es que esta persona haga un abuso de su
posición, ¿cómo? Para iniciar cambiando las reglas del “juego” de forma
arbitraria de un momento al otro; si a esto muchos se rebelaran, llega la
censura... hasta finalizar en una dictadura. Y de éstas hay muchas más de las
que se puedan imaginar.
¿Qué piensas? ¿Ha pasado que te has
sentido superior a otro simplemente por pensar distinto? ¿O que el otro te haya
hecho sentir que era superior a ti por lo mismo? ¿Has sufrido algún tipo de
censura? Cuéntanos todo lo que piensas.
Alma & Luna