“Dicen que:
‘nadie cambia de la noche a la mañana’
pero se equivocan,
uno se puede levantar un día y decir:
‘ya no más’.”
(del web)
Hemos escuchado incontables veces, que hay que
aprender a poner límites, que tal y como dice esta cita, un día te levantas y
dices : “Ya no más…”
También se ha dicho hasta el cansancio que nadie
cambia de la noche a la mañana, que en realidad, “nadie cambia” que ya traemos
incorporado lo que traemos y que es muy difícil, por no decir imposible, un
cambio.
Sin embargo, yo creo que sí cambiamos (aunque sea a
nuestro pesar, o aunque no nos demos cuenta). Cambiamos simplemente porque
vamos creciendo, envejeciendo, y por lógica, nuestra forma de ver las cosas
evolucionan, se modifican y esto, trae cambios.
Pero hay también muchas personas que se aferran por
ejemplo a sus creencias, y no hay forma de moverlas de una postura, un
prejuicio, o una costumbre. Y aquí es donde entran en juego las interacciones
en las relaciones del orden que sean.
¿Tenemos entonces que “aguantar o soportar” que el
otro sea así?
En nombre del cariño que le tenemos (o nos tienen) hay
que mirar para otro lado o justificar determinadas conductas. Y no hablo de
cosas graves, sino simplemente de formas de proceder, de hablar, de
manifestarse.
¿Hasta cuando tenemos que aguantar, o tienen que
aguantarnos?
Yo estoy convencida de que hay de verdad un día en que
una se planta y dice: “Hasta aquí”.
En esta ocasión voy a personalizar con algo mío. He
descubierto no hace mucho, que yo con lo que no puedo es con el desamor.
Puedo perdonar, aceptar, incluso aunque me enoje, aguantar. Pero no puedo con
el desamor. Ese es mi límite. La no consideración, la manera agresiva de
hablarme, o simplemente el “no registro” de lo que soy puede acabar con una
relación del orden que sea.
Y para ti… ¿cuál es tu límite?
¿Crees de verdad que no podemos cambiar?
¿Sientes que has cambiado o en el fondo sabes que no lo harás?
Esperamos tus comentarios como siempre!
Luna & Alma