lunes, 30 de julio de 2018

Excusas



A veces pasa que necesitamos escuchar aquello que sabemos no es cierto. Esa mentira o verdad a medias. Pero ¿por qué? ¿Por qué estamos dispuestos a aceptar esto por el sólo hecho de tener a ese otro cerca? ¿Acaso pensamos que en algún momento esa persona “despertará” o recapacitará, y será capaz de recambiar nuestros sentimientos?

No quisiera quitarle protagonismo a los lectores hombres, pero es un tema que se ve más frecuente entre las mujeres. Muchas hemos dicho o decimos alguna vez todavía: “Lo que pasa es que a él le da miedo exponerse...”; “es que ya pasó por tantas que ahora se cuida...”; “sólo necesita un poco de tiempo...” ...palabras más, palabras menos. Y en cada oportunidad que oígo una de estas frases, viene a mi cabeza el diálogo entre Gigi y Alex en la película “Simplemente no te quiere”. Es aquí que yo lo cambiaría para hacerlo más general.

“(...) No existen personas asustadas, confundidas, desilusionadas. No existen personas trágicamente marcadas por las experiencias pasadas, necesitadas de ayuda, necesitadas de tiempo. Las personas se dividen en dos categorías nada más: aquellas que te quieren y aquellas que no te quieren. Todo el resto son excusas. (...)”

Y entonces, ¿por qué continuar a engañarnos? ¿Por qué insistir en situaciones que sólo nos harán daño? ¿Qué es lo que nos asusta tanto? ¿La soledad? Tú, ¿aceptarías un sentimiento de otro aún sabiendo que no es verdadero?

Alma & Luna

9 comentarios:

  1. Desde mi punto de vista, en esta reflexión que nos traéis hoy, el problema es que comparamos. Las personas tendemos a medir incluso los sentimientos. Hacer comparativas y cuando se trata de excusar... lo más fácil el generalizar.
    Yo soy muy bestia cuando de mi corazón se trata, atajo siempre. Soy de las que puedo dar tiempo y también segundas oportunidades. Pero ojo, si la duda está en mi no hay dobles, corto por lo sano en un periquete. Me gusta dar a cada situación el nombre que le corresponde y no acepto que la otra parte me lo enmascare. Si alguien está conmigo, debe tener claro las razones, y estas solo repercuten a dos personas y no tienen porque compararse a las razones de los demás. Los cánones pocas veces favorecen cuando de identidad se trata. Esa es mi opinión.

    En cuanto a las preguntas y para concretar. Pienso que si una persona teme la soledad, ya lleva una gran tara para vivir plenamente en compañía. Y puede que eso le facilite el ser víctima de su propio modo de entender las relaciones "tóxicas" (o no llegar a comprenderlas)
    No sé que preocupa a la mayoría de personas en este tema, supongo que como referís, la soledad. A mi me preocupa no cumplir con mi deber.
    Y no, nunca estaría con alguien que no me quiere o a quien yo no quiera. Pero dentro de ese modo de querer habría que matizar cosas que solo pertenecen a la intimidad, y a la comunicación de la pareja... A la vida privada que no tiene porque ser como el resto. Entre dos personas adultas el amor es claro, no se idealiza, no se dan tantos rodeos, y si no lo tenemos claro es que hay capas que rascar. Es mi modo de entenderlo.
    Saludos y feliz semana.

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  2. Poco que añadir a lo que habéis escrito. Esas excusas pertenecen a la familia de las mentiras y como tales terminan oliendo a la legua. Sin embargo hay que tener cuidado antes de valorar porque a veces se cruzan los malos entendidos por falta de comunicación. Otras estan como pez en el agua en las aguas del malententido
    Es cierto, ya vale de la excusa estoy asustado confundido marcado... los hay que lo están toda la vida y francamente no me resultan creibles.

    Muchos besitos y feliz semana...

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  3. ENCONTRÉ ESTE TEXTO DE LORENA PRONSKY QUE ES ESCLARECEDOR DE ALGUNA DE LAS ARISTAS DE ESTE POST:

    Si uno pudiera aceptar que el otro no te quiere tendría la respuesta a todas las demás preguntas. Pero no. Nadie quiere tropezar con esa piedra al principio del camino. La dejamos para el final de la batalla, cuando ya cansados, vulnerables y con la mitad de lo que fuimos, nos chocamos de frente con lo evidente. Y aún así, con la verdad que no te agacha la mirada, siempre guardamos una cuota de esperanzas colgada de la soga, que nos permite seguir respirando un poquito más. Quizá mañana. Quizá un día se de cuenta. Quizá no es el momento. Quizá.
    Si uno aceptara, no habría batallas. Habría dolor. Seguro. El mismo dolor que se arrastra durante horas, meses, años, para sostener una irrealidad que lo único que hace es gastarnos, perdernos en un tiempo que no vuelve nunca más.
    Cuando asumis que el otro no te quiere, se acabaron las preguntas. Aceptar es la única respuesta para poder respirar libertad. Y claro que esa piedra te duele. Pero aunque demores las agujas, algún día te la vas a tropezar igual.

    Lorena Pronsky

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  4. Precisamente leí no sé donde una frase que rezaba así:
    "Si le preguntas a la margarita si te quiere o no te quiere... está claro... no te quiere"

    Nosotros mismos magnificamos, disfrazamos o maquillamos la realidad, porque la verdad, la pura verdad es tan cruda que nuestro sentimiento o ego o mente no acepta el rechazo, y vamos excusando con palabras vacuas porque solo nosotros sabemos la verdad. Si de algo estoy segura es que la amistad y el amor nunca debe mendigarse.

    Me fui?? Creo que divagué con este calor, chicas.

    Mil besitos para cada una y muy feliz inicio de semana mis queridas amigas ♥♥

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  5. Para mi los sentimientos no cambian, si alguien simplemente no siente algo no porque hagas meritos cambiara de parecer. Por lo que no creo mucho en eso de torcerle la mano a algo que se ve no sera. Solo es perdida de tiempo. Cuando hay sentimientos reales no se esconden, no se guardan, no se disimulan, simplemente salen afuera. Tambien pasa porque no se acepta el error, decepcion o el dejar ir la ilusión.

    Besos dulces para ambas y dulce semana.

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  6. Solo sé que cuando los sentimientos son reales no se predican con palabras si no con hechos, el resto es puro teatro y el otro o nosotros sabemos por qué nos encargamos en vestirlos con palabras que no se sienten. Las excusas no sirven pero hay quien las hace tan verdad que una se las medio cree hasta que confirma lo que duda o no ratifica lo que no creía.

    Somos en ocasiones muy tercos y ponemos santos en los altares cuando ni siquiera merecen un poco de atención pero nos empeñamos una y otra vez en darnos contra la pared con la esperanza de que el otro cambie esos sentimientos que no siente, o nos mantenemos en una ilusión que acaba en una gran decepción.

    El caldo se hace con agua, sí, pero no todas las aguas son iguales ni sirven para hacer sopa, y si no echas algo a ella, solo es agua. Así pasa con esto.

    Personalmente, escuchar lo que no me creo produce en mí efecto rechazo, sobre todo en este tema y me lleva a pensar si la otra persona sabe o no que le creo o que juego a hacerle creer que le creo porque no estoy dispuesta a perder tiempo en explicaciones que no merece.
    En fin, sea como sea, el mundo está hecho de tantas mentiras como verdades. Nos muestra las cartas y decidimos o no jugar.

    Un beso. Feliz día.

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  7. Totalmente de acuerdo contigo Mag, y en general con todas las opiniones dadas,pero en este caso creo que me he sentido más identificada por lo que expresas. Es más, todas las personas que nos manejamos en este medio virtual,lo sabemos, y quizás muchas de nosotras hemos pasado por este tipo de consecuencias. Nos creemos como decimos en el post esas medias verdades, esas disculpas,esos retornos que parecen los definitivos pero no lo son nunca. Lo trasladamos al mundo real y también,(quizás en no tantas ocasiones,porque tienes a la persona frente a frente) pero aún así caemos en la trampa de creer que por fin,cambiará, "te verá" se dará cuenta de cuánto te quiere etc etc..
    Yo creo que cuando nos manejamos con estas emociones,o esta entrega generosa y "no retribuída" escondemos algo más profundo acerca de nuestra manera de ser en la vida. Inseguridades, como apunta el post, necesidad de ser amad@, creer que el otro/a va a cambiar porque nosotr@s le haremos ver que todo puede ser distinto. En fin, miles de tópicos solo para justificar que en realidad vemos lo que queremos ver.
    Por no hablar, sobre todo en el caso de nosotras mujeres, que de alguna forma traemos en el ADN esa cosa de nutrir, de dar sin esperar, de entrega y de esfuerzo. Desconectadas absolutamente de nuestro deseo,en pos de lo que "debemos" hacer y cuidar, y mantener etc.
    Es un mandato atávico, no es porque nosotras queramos,pero, creo que recién ahora se ve un cambio en ese tipo de maneras de ser o de proceder.
    Personalizando , pongo un ejemplo personal: Llegó un momento de mi vida,no hace tanto tiempo atrás (cuando ya había hecho mucho, mucho trabajo personal) me di cuenta de que en realidad, no sabía lo que deseaba. NO sabía lo que quería hacer conmigo misma, ni siquiera sabía muy bien lo que me gustaba).
    Ahora que me fui por los cerros de Úbeda, vuelvo al post. Creo que en algún punto,todos tenemos una necesidad a ser reconocidos, a ser aceptados,y a ser amados. Y eso, mal conducido,nos lleva a estas dependencias emocionales,no solo con posibles relaciones de pareja,sino con todo el entorno afectivo que nos rodea.

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  8. A ver... en parte estoy de acuerdo con Mento cuando dice que si tememos la soledad ya tenemos un problema para vivir plenamente en compañía; y en mi opinión está ahí la causa. Cuando la persona para hacernos compañía se la elije para llenar un vacío, y no por el placer que nos ofrece esa singular persona, corremos el riesgo de que nos hagamos "estar bien" cualquiera o creer a cosas que dentro nuestro sabemos que no son verdaderas.

    Es verdad lo que menciona Sueño Son, hay personas confundidas, asustadas, marcadas... pero son justo ellas, que por las cosas que han pasado, no "juegan" con los sentimientos ajenos, no van por la vida poniendo excusas.

    Yo suelo ser muy directa y sincera -quienes me conocen dicen que a veces hasta duramente sincera-, y es que me gustan las cosas claras, desde el principio... pero, como dice Auro, a veces necesitamos disfrazar esa realidad que tanto nos duele, porque las excusas las ponemos nosotr@s más que el otro... somos nosotr@s a justificar o encontrar -inverosímiles- disculpas para no admitir lo obvio: al otro no le pasa lo mismo que a nosotr@s.

    Y como tan certeramente nos dice Dulce, no creo haya nada que alguien pueda hacer para que cambie o aparezca un sentimiento que no nació al instante... sólo en una película puede pasar que después de 10 años el otro se da cuenta de estar enamorado de un/a amigo/a... sino esas cosas se sienten inmediatamente.

    Es inútil hacerse el "enamorado" cuando lo que se desea es "cachondeo"... y en esto debemos admitir que las mujeres somos un poco -no sé cómo definirlo-; queremos el cuento de hadas, y aunque sabemos desde el principio que pese al beso el sapo permanece sapo, seguimos adelante, y no sólo besamos, hacemos de todo por "conquistar" al sapo... y, aunque sabemos el final, cuando llega nos sentimos desilusionadas. ¿No sería más fácil hablar claro? ¿decir lo que se desea... lo que se espera? y si el otro desea lo mismo, bien; y si no, cada uno por su camino.

    A mí, como a Mag, cuando quien tengo delante me "dice" algo que yo sé es una excusa, me produce primero rechazo, pero luego llega el momento que me es indiferente, que puede decir misa que a mí me da igual, ni siquiera me tomo la molestia de contradecir, de hacerme notar descreída... total ¿para qué?

    Yo soy una convencida que ciertas cosas son difíciles de decir, o duras de escuchar, pero necesarias... "pactos claros, amistades largas..." como dicen aquí.

    Besos a todos y cada uno.

    [PD: Ale estupendo el texto de la Pronsky, muy ad hoc!]

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  9. El arte del engaño no es para cualquiera. Los que realmente saben llevarlo adelante nunca son descubierto, por eso a los políticos sólo les va bien por un breve lapso de tiempo, luego son descubiertos.

    Saludos,

    J.

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