“Mientras más se
aleje una sociedad de la verdad,
más odiará a
aquellos que la proclaman.”
(George Orwell)
Leyendo la cita y observando el mundo que nos
rodea, ¿cómo podría no creer que es terriblemente cierta?
A veces, cuando veo que todo es una
cuestión de “bandos”, pierdo la esperanza que esto, que la sociedad en la que
vivimos, tenga arreglo. Porque lamentablemente, a eso se ha reducido todo. Eres
de izquierda o de derecha, de arriba o de abajo, blanco o negro. Y claro, si te
gustan las ideas socialistas no puedes estar de acuerdo con ningún tipo de
autoridad. Si usas “uniforme”, no puedes ser amigo de un joven hippie. Si eres empresario
no almuerzas con operarios. Si eres un obrero no juegas al golf. Y el símbolo
del yin y el yang es sólo eso, un símbolo; algo abstracto y, tal parece,
obsoleto.
Cuesta aceptar que lo que nos gusta, lo
que creemos, lo que sostenemos de algún modo, pueda tener fallas, pueda no ser “perfecto”.
Es como si un católico no admitira los horrores que ha cometido la Iglesia en
nombre de Dios. Es más fácil, agredir y ponerse contra quienes –tal vez– nos
enfrenten a esas cuestiones, esas ‘verdades’. No sea caso de revisar las
propias convicciones o creencias, admitir que no todo es una cuestión de
equipos, de adversarios; y que, la única manera de que una sociedad funcione,
es que tomemos la parte mejor de todas y cada una de las posiciones... ¿no
crees?
Alma & Luna